El gran problema no es aumentar los impuestos a los ricos o el logro de una mejor regulación de los bancos. Es la democracia económica: el derecho de la gente común para hacer macro-decisiones sobre la inversión social, las tasas de interés, los flujos de capital, la creación de empleo, y el calentamiento global. Si el debate no es sobre el poder económico, que es irrelevante.
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